Cada vez es más importante tomar decisiones que nos permitan ahorrar energía en nuestro hogar, tanto para mantener bajo control el coste de las facturas como para beneficiar al planeta.
Adoptar un mejor comportamiento como consumidores es algo que todos podemos hacer a diario. El cambio a ser ecológico es pasar de ser una opción para conducir la propia vida a ser la única forma correcta de comportarse. Los cambios globales son necesarios, pero si cada uno actúa bien a su pequeña manera, el impacto que logremos será de gran alcance.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que existen dos factores principales que frenan o impiden esta evolución. Por un lado, la falta de conciencia de lo perjudiciales que son en realidad ciertas formas de actuar. Por otro lado, las mejores y posibles alternativas que se pueden aplicar.
Alquilando una habitación con DoveVivo, el precio de los servicios está incluido en el alquiler mensual, pero sigue siendo importante vigilar los desperdicios y prestar atención en el ahorro de energía.
También queremos contribuir al proceso de sostenibilidad medioambiental ofreciendo en este artículo consejos e ideas para ahorrar electricidad y también gas. Son acciones sencillas que puedes empezar a hacer ahora y día a día.
Consejos para ahorrar energía en casa
Ahorrar energía y luz está al alcance de todos.
Lo que ocurre a menudo es pensar que se trata de acciones complicadas, que harán perder demasiado tiempo o requerirán una inversión de dinero. Lo cierto es que hay una serie de sencillos trucos y hábitos de consumo que puedes poner en práctica de inmediato y que te reportarán beneficios inmediatos tanto a ti como al planeta.
Pequeños cambios en tu día a día que sólo te llevan unos minutos pero que también pueden ahorrarte dinero en tus facturas.
Aprovecha lo más que puedas de la luz de sol
Es un concepto sencillo, pero que a menudo se olvida o se deja de lado en favor de una sensación inmediata de comodidad. Estamos hablando de poder aprovechar la luz solar al máximo.
A menudo se prefiere pulsar el interruptor y encender la luz antes que cambiar de habitación e ir a otra más luminosa. Evidentemente, si las condiciones naturales no lo permiten, hay que recurrir a la luz artificial, pero ¿estás realmente seguro de que sólo la utilizas cuando es necesario?
Te invitamos a que prestes un poco más de atención y quizá descubras que hay situaciones en las que puedes apagar alguna luz.
Tal vez sea suficiente con mover el escritorio más cerca de la ventana, o quitar las barreras que limitan el paso de la luz natural a la habitación, o quizá colgar un espejo en un lugar estratégico para que la luz exterior se refleje en él.
Utilizar bien los electrodomésticos
A estas alturas ya no se puede prescindir de los electrodomésticos, algunos en particular como la lavadora, o en algunos casos el lavavajillas, el secador de pelo, la aspiradora, el microondas, etc.
Sin embargo, lo que puedes hacer es utilizarlos con cuidado.
Por ejemplo, utiliza tanto la lavadora como el lavavajillas, sólo cuando estén completamente cargados, elige cuidadosamente el programa y los grados a los que lavas en función de las necesidades reales de tu colada o vajilla. Hay ropa que sólo necesita refrescarse, así que puedes lavarla a 30 o 40 grados, mientras que elige 60 grados como máximo para toallas o sábanas muy sucias.
Además, utilice estos aparatos preferentemente en horas de baja demanda o en días de menor consumo, como los domingos. Además, sería mejor reducir al máximo los aparatos que consumen energía, como las planchas. En este último caso, es posible reducir el tiempo que se dedica a planchar la prenda prestando más atención nada más tenderla.
También el frigorífico suele estar mal cuidado; hay que tener cuidado de que no se acumule hielo, lo que hace que trabaje más y, por tanto, consuma mucha más energía.
Elige bien los bulbos
Volviendo al tema de las luces, cuando tengas que cambiar las bombillas, opta por comprar bombillas LED, ya que son la tecnología de mayor eficiencia energética que existe en la actualidad y consumen menos energía, incluso en comparación con otras opciones de bajo consumo.
Una lámpara LED de 6 W ilumina como una lámpara tradicional, pero consume menos por hora. Así que, si tenemos en cuenta las horas que mantenemos encendidas las luces, elegir bombillas LED supondrá un importante ahorro de energía.
Evita el consumo oculto
Otra forma inteligente de ahorrar energía es evitar dejar los aparatos en modo de espera o encendidos durante demasiado tiempo innecesariamente.
Por ejemplo, intenta cargar el móvil durante el día o cuando puedas asegúrate de desenchufarlo en cuanto esté cargado, en lugar de dejarlo enchufado toda la noche.
Considera también la posibilidad de comprar una regleta con interruptor para poder apagar fácilmente tanto la toma como los aparatos conectados. Un gesto tan sencillo como desenchufar los aparatos eléctricos que no estés utilizando puede ahorrarte hasta un 10% en tu factura mensual, además de ser más respetuoso con el planeta.
En cuanto a los electrodomésticos, muchos de ellos también tienen ahora la opción de activar el modo "eco" o de ahorro de energía. Prefiera ese modo siempre que sea posible.
Regula la temperatura
Otro buen hábito que puedes adoptar es bajar el termostato y no abusar del aire acondicionado. Cada grado menos o más le ahorrará dinero en tu factura mensual y contribuirá a reducir el calentamiento global. ¿Crees que para este último gran problema ajustar la calefacción o la refrigeración de tu casa es como una gota en el océano? Si vemos esta acción de forma individual puede que sea cierto, pero si todos empezamos a seguir todos estos trucos para ahorrar energía el efecto aumentará exponencialmente y se hará global.
Ten cuidado de no pasarte, la salud de cualquier inquilino de la casa no debe estar en juego, pero transige y ponte un jersey extra en los meses fríos. Otra cosa a la que hay que prestar atención es a alejar los muebles de los radiadores porque absorben el calor e impiden que circule.
Consejos inteligentes para cocinar
Incluso cuando estés en la cocina puedes aplicar buenas prácticas para utilizar la energía y el gas de forma más eficiente.
Coloca tapas para tapar ollas y sartenes para hervir agua o cocinar alimentos, reduciendo así a la mitad el tiempo necesario. Presta también atención a cuánta agua necesitas, por ejemplo, hervir para hacer té, porque toda el agua sobrante que luego se tira es un derroche.
Intenta usar menos el horno, quizás compra un microondas o una freidora de aire, que calentarán la comida o incluso la cocinarán en menos tiempo.
Además, cuando te pongas a cocinar, si es posible, haz una pequeña previsión de tus comidas, puede que cocines algo a la vez que también necesites para el día siguiente.
Por supuesto, si tu pasión es preparar deliciosos manjares, no queremos que renuncies a ella. En ese caso podrías ponerte de acuerdo con tus compañeros de piso para comer todos juntos, también será una buena forma de hacer amigos.
Utilizar aplicaciones de vigilancia
Para llevar un mejor control del consumo doméstico, puedes plantearte utilizar una app. Muchos gestores y proveedores de energía han optado por crear aplicaciones gratuitas para smartphones desde las que cada cliente puede controlar su plan, el coste de su factura y su consumo.
También permiten, con unos simples clics, ponerse en contacto con el servicio de asistencia, comunicar autolecturas y conocer posibles ofertas.
El tratamiento de los datos de consumo también se ofrece en las facturas en papel, pero con ayuda de la tecnología se crean gráficos interactivos y más intuitivos. Además, la app está siempre a tu disposición, puedes consultarla cuando sientas la necesidad sin tener que esperar a que llegue la factura.
Recordar los buenos hábitos y la constancia
Para poder ahorrar energía en casa, es necesario prestar atención al comportamiento diario y ser constante a la hora de llevar a cabo estos buenos hábitos. Reducir los residuos y el consumo de energía también es posible siguiendo estas acciones sencillas y gratuitas, que no implican necesariamente tener que comprar electrodomésticos de gama alta y elevado coste. Como mucho, si algo cuesta más, puedes estar seguro de que es una inversión y no un gasto porque te ahorrará en consumo y durará más.
Adaptar tu comportamiento y ayudar a los demás a hacerlo también será tu mayor fuente de ahorro económico y energético.